domingo, 6 de diciembre de 2015

DICIEMBRE.

YA ES DICIEMBRE Y EL TIEMPO SE VA QUEDANDO ENTRE LAS PESTAÑAS, SE VA ROMPIENDO LA MADRE DE A POCOS, DE A RATOS.

YO, ME ROMPO LA MADRE JUNTO CON ÉL.

ME ROMPÍ EL CODO Y YA NO PUEDO ESCRIBIR LO QUE ANTES ESCRIBÍA.
ME ROMPÍ LOS LABIOS Y MIS PALABRAS AHORA PARECEN INSANAS.
ME ROMPÍ LA CARA Y SALIÓ EL DESCARO A FLOR DE PIEL.
ME ROMPÍ CUATRO DEDOS Y BULGARIDADES QUEDARON EN EL DE EN MEDIO.

SE ME FUE TODO, LA RAZÓN, LOS PREJUICIOS, LA AMISTAD, EL AMOR.

PERO ME QUEDAN LOS PIES PARA SEGUIR AVANZANDO, PARA SEGUIR PATEANDO, ARRASTRANDOLOS, PARA ENTENDER QUE NADIE ESPERA POR MI.

QUE EL FRIO DICIEMBRE ME DESGARRA EL ÚTERO EN LAS VÍSPERAS NAVIDEÑAS.
 Y LAS VISPERAS NAVIDEÑAS ME DESGARRAN A MI.

Adriana Cruz



martes, 24 de noviembre de 2015

María Dolores

Podría decirse que hoy me cansé de no escribir lo mismo, pero de pensar en eso, pensar siempre lo mismo, caminar las mismas calles y comar la misma manzana.

Uno se cansa, y después el cuerpo lo refleja y ya nos duele la cabeza, el dedo o los labios, siempre nos quejamos de manera física, porque no podemos decir que nos duelen las palabras o que se nos acalambraron los sueños o que el sonido, el eco, la barbarie nos pica o nos come, y que la visión nocturna no debería ser solo para gatos y perros. Que si un perro o un gato se pusiera tantita de nuestra lagaña podría ver de colores el mundo.

Pero no, no lo decimos, no lo quejamos, no porque no suceda, si no porque nos duele tanto la uña que se nos olvidó la escritura, nos duele tanto el ojo que se nos olvidó el caleidoscopio, ya no hay golondrinas porque también les duele el pico, porque para cantar necesitan a veces nuestro silencio atento.

Pues bien, para no romper la pendiente aquí estoy yo quejándome que salí mal en la foto del IFE.

Ay!  .. me duele un poco la cara, me duele un poco la cadera, me duele el sexo.

Adriana Cruz

domingo, 4 de octubre de 2015

Juice

Esta vez no hay comentarios, nunca los hubo, tal vez sucede lo que decía la abuela cuando no quería uno hablar, tal vez le comió la lengua el ratón, tal vez hubiera preferido que fuese una ratona, y que no le comiera solo la lengua, también los pensamientos incongruentes, el bálsamo recién untado en los labios o el nuevo corte que lo hacía ver inverosímil entre la multitud. Pero después de un tiempo abre la boca y pronuncia con su tan poco elocuente y la risa de siempre — Rebeca— Si, Rebeca era  su nombre, se paseaba hondamente en su cabeza y la plazuela de la escuela, se le hacía añicos las viseras solo de verla, era un estilo de deseo incontrolable, de sentir el jugo de la carne agrio tal cuál una mandarina. Su sabor peculiar era ese, el de la mandarina, y cada que la encontraba imágenes del tiempo en prepa le venían a la mente, un libro nunca leído completo, sin fecha ni autor que le dijeron una vez en su clase de escritura que existía un sabor peculiar a la mandarina.

Años probando una mandarina y otra, no, vamos era literatura, es algo literal, no podría encontrar jugos agridulces en la boca de una chica. Pues no, nunca lo encontró porque buscaba en el lugar equivocado.

No eran más que amigos, no eran menos que intrusos jugando con sus bocas y sus lenguas y sus manos, después acrecentaron ellos mismos los equipos y no eran ya las manos, eran ya las piernas, el llamado tronco, los senos y los hombros, se sentían ligeros. Sucedió exactamente lo mismo que pasa por mi mente. Viajes al norte y viajes al sur que hicieron que probara el mítico jugo, la mítica carne, la mítica voz.

jueves, 23 de abril de 2015

"le llaman calle"

Se volvió a meter el dedo en la boca, volvió a pintarse los labios, y alzó su pierna hasta donde pudo, manda besos por doquier, esperando no le caiga mal a ninguno.
Ya no se ruboriza ante un cumplido porque ya no hay cumplidos, ni pide piñas coladas, su vida ya no son pies descalzos, ya no tiene el cuerpo escualido y raído que le hacía ver ingenua y pobre.
Lleva catorce centímetros calzando sus pies, aún con cayos, pueden vérsele las piernas fuertes y con tono que candese cuando mueve las caderas.
Como emblema canta la canción "me llaman calle", y le entona tan bien que podría cantarla horas y horas sin llanto pero con pena.
Practica ataque de seducción para sus prospectos, les envuelve el sexo tan bien, que sus visitas duran menos en la cama, cobra y sale a la calle a fumar un cigarro.
Después.

Se vuelve a meter el dedo en la boca..

Ally Cruz


domingo, 19 de abril de 2015

Zapatillas fluorescentes

— Oye Renata pero si me juraste que anoche irías a visitarme a la cama
— Pero si fui, solo que en las noches nadie puede verme, y en el día menos, soy un troll con cara de renacuajo
—Pues no te creo que puedas ser tan cruel como dice la gente, no te creo que juegues a las pelotas con los bebes ni que comas ranas o ratas, nada de eso, creo que debes tener la piel más bella que la de la princesa Diana
—Déjate de graciosadas Rubén, que no soy ni Narciso, ni soy su río, y pues si, de vez en cuando como la piernas de rana asadas con un poco de cebollin y ajo
—Deberías un día de estos invitarme una cenita, es más, podríamos ir volando en tu escoba, me pregunto ¿qué modelo será?, ¿será un modelo reciente?, o ¿es a caso un clásico? jajaja. Pero por qué me hablas y me hablas y no te veo?
—Te he dicho que nadie puede verme
—Pero ven, acuéstate aquí al lado mío, quiero al menos escuchar tus ronquidos y sentir tu nariz picuda jajaja..
—Has logrado que me sonroje, pero casi no ronco, solo cuando tengo hambre y me acuesto sin comer, algunas veces cuando estoy de suerte me como los pies de las personas mientras duermen jajaja
—Ya casi es noche buena y el vino me ha hecho efecto, ¿ves esa caja envuelta?, es para ti.

Pasada la media noche Renata habré la caja y encuentra un par de zapatos fluorescentes, los ata fuerte a sus pies, toma su escoba, la única que puede tocar sus piernas y vuela a casa.
Rubén se asoma a la ventana y mira aquella gran luciérnaga que da saltos de monte en monte.

Ally Cruz


sábado, 18 de abril de 2015

Palabra

Y ya cuando escribo no es la tinta ni el tintero el que me suplican encontrarse con tus ojos,
ahora me contrarian, me retan, me escupen en la cara y se burlan de tu inocua ausencia,
me cuentan y presumen el éxtasis que es penetrar en tus venas, dicen que es por eso que te has vuelto más moreno, que te han quemado la piel mientras te hacían el amor, que es la razón por la que a cada minuto amanecías cansado.

Pues, después de todo no fui yo quién violó los poros de tu humor desnudo, no fui yo quien resvaló a saltos o a tragos por tu garganta, ni quien se paraba en la punta de tus bellos.

Después de todo me sigo preguntando:

– ¿Y si le digo al chaman que me vuelva palabra?


Ally Cruz

martes, 17 de febrero de 2015

Recién.

Te tengo acá, entre la almohada y mi boca, te resbalas, estás mojada, eres lluvia, eres frescor bajo la sombra del árbol, con las piernas abiertas cual si fueran ramas, por las que trepan los niños, por las que ahora me sostengo y me deslizo.

Te tengo acá entre mi brazo y mi codo, y te voy asfixiando de a pocos, dejándote sin respiración, sintiendo tu corazón en taquicardia, y tu sexo doloroso y dilatado se sumerge en mi, y me sumerjo en él, nos sumergimos en el umbral, en la sombra, en la esquina.

Te tengo acá entre mi mundo irreal y el verídico, tus labios color de rosa y tus ojeras desvanecidas, fermentada y respirando, algodonada, infalible, recién penetrada.

Ally Cruz.

viernes, 6 de febrero de 2015

La curiosidad mató al gato.

Siempre haciendo sandeces, siempre metiendo la cabeza en el ano del ogro, haciéndola caca, haciéndola ruina, bobadas de pieles malditas, de senos caídos bajo la calentura, piernas bailando por el sudor, miembro y vagina lubricados con la dejadez de la oscuridad, hierve la sangre en el cuerpo, se van obligando a las neuronas a sentir, a olvidar, se obliga a la voz a gemir, ya no hay pudor, ya no hay confianza, y la curiosidad.. la curiosidad mató al gato.

Adriana Cruz.


sábado, 31 de enero de 2015

Mariposas crepitar

Danzamos como locos bajo la luna estoica,
mientras los marginados llevan su símbolo rojo en la chaqueta,
van marcados y señalados con el color de la sangre,
van buscando ya no buscar un día más de supervivencia,
buscan una muerte más rápida y menos cruenta.

Se les va reteniendo la saliva en la garganta,
pueden meterse un cuchillo o una daga y ni así se curan el mal trago.

Los niños van pintando mariposas con sus uñas cada vez más muertas,
crepitan una roca contra otra, señalando la muerte de aquel amigo que volvió a nacer.

Adriana Cruz.

martes, 20 de enero de 2015

– Quiero tenerte entre mis piernas esta noche..
– ¿Dormirás desnuda?
– Dormiré mojada..

Adriana Cruz.

domingo, 18 de enero de 2015

Tal vez, como tal vez..

Tal vez hoy decidí amanecer entre tus piernas,
tal vez mañana decida que seas tú quien anochezca entre las mias.

Tal vez sean tus hombros los que se sujeten más a mi sostén,
tal vez sean mis caderas que se sujeten más a tus hombros.

Tal vez sea yo quien se venga primero,
Tal vez seas tú quien se vaya al último.

Tal vez seas vos quien toque al ritmo del tango,
Tal vez con el tango bailemos a tu ritmo.

Adriana Cruz.

martes, 6 de enero de 2015

Un golpe

Ya no te escribo en la espalda, ahora te escribo en la columna,
un TE AMO en la médula espinal para que no se te olvide el vertical,
un DESEO en el horizonte que brota de tus ojos.

Dama azul.