viernes, 14 de noviembre de 2014

Un polvo, nada más.

Un polvazo de heroína en mis tabiques nasales, se siente un poco de vértigo siempre al principio, las venas se van comiendo esa sustancia que me hace sentir la reyna de la fiesta, con casi seis semanas de gestación y una faja que lo único que puede dejar ver es mi gordura, voy caminando con tacones negros de catorce centímetros de altura, medias negras caladas, y un vestido azul marino que va topando mi vagina con un escote en las tetas que deja ver lo mejor de mi. Las luces verdes, amarillas de neón van adulando mi presencia en el acto, cruzando la pista de baile donde una rubia hermosa va bajando y pegando su trasero al cuerpo erguido de un grandulón con el rostro cacarizo. Llego a la mesa de mis amigos y pido una botella de wisky, vamos que hoy es el cumpleaños de María mi mejor amiga, la felicito con un abrazo y luego una nalgada bien merecida, tiene unos gluteos tremendos, de esos que ocupan dos asientos en el camión, se que es una exageración pero si que está grande, varios de mis amigos han querido tocarlo aunque sea un poquito.

Pues bueno, somos cinco en la mesa (el Poncho cara de pendejo que siempre se pone hasta la madre y no sabe que pedo y jura que ya no lo volverá a hacer, la Fátima una vieja que como tiene un cuerpo de estrella porno se deja de todos y es la que mejor termina, el Mario guapo, el deseable poco presuntuoso que se cree que hasta la madre Teresa de Calcuta derramaba baba por él, le perdonamos su guapura porque ya que es el hijo de papi, siempre nos regala unos cuántos gramitos de cristal, la María anfitriona de la fiesta y yo, su mami de la que ni María sabe que tengo una cosa creciendo en mi panza) y en menos de diez minutos se nos ha borrado media botella de wisky. La fiesta cada vez está más buena, Fátima se ha metido en el baño de hombres de escondidas, seguramente se ha fichado un tipo buenísimo y en 3..2..1.. nos ha llegado la botella de tequila, esa Fati siempre nos galardona con botellas de wisky, tequila y vodka.

Cuatro horas acá y como que se me va pasando el efecto, seguramente Mario debe traer un poco de cristal en su cartera, me meto con María al baño y damos un jalón de cada lado, me va a estallar la cabeza de tanta adrenalina, quiero saltar sin parar, unos cuantos besos y brincos en la cama o el piso no estarían nada mal, sigo saltando y bebiendo ahora vodka, me encuentro cara a cara con ese grandulón cacarizo y nos largamos a lo oscuro, lo tiene bien duro y solito rompe mis medias en la entre pierna, las luces son más chillantes adentro, termina nuestro acto de lujuria y erotismo, pero quiero un poco más...

Comienzo a sentir un dolor en el vientre así que voy al baño, Mary está ahí metiéndose otro polvo, pues tal vez con esto se me pase el dolorcito, otro de cada lado y me meto al baño, como que me dan ganas de cagar, un líquido espeso como atole sale de adentro de mi, una gelatina llena de sangre y después un bultito como tamal todo lleno de sangre, una tripa que sigue metida entre mi vagina, trato y trato de sacarla, siento un dolor terrible que recorre todo mi cuerpo, y sale otro pedazo de carne, sangre y otro poco de sangre, la limpio con la faja, envuelvo la carne y la tiro en el bote de basura.

Pues bien, creo que ahora puedo seguir sin faja, papel y más papel para limpiar mis piernas, siento una ligereza dentro de mi, salgo del baño, me lavo las manos, Mary tiene otro poquito de meta, otro polvo y ya no se siente nada, seguimos bailando y ya que Fati nos ha patrocinado otras dos botellas vamos a terminarlas, brincamos y bailamos, nos pegamos y nos vamos embarrando los cuerpos, ahora un hombre blanco me lleva a un rincón, introduce su gran miembro y me atraviesa, cuando lo saca todo ensangrentado le digo: lo que pasa es que era virgen... y reímos.

Dama Azul


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